domingo, 21 de noviembre de 2010

Adios a Przasnysz


Nos despedimos de la familia de Mic… lloros, besos y abrazos inician el camino hacia Cracovia, en el ambiente se respira silencio, “siempre es duro separarse de la familia”. Nuestros víveres constan de 6 mini bocadillos de embutido de lomo, pan dulce, pollo y huevos duros, todo ello para un viaje de 5 horas por la carreteras, “si se le puede llamar así”, Polacas.

El GPS marca Cracovia, son la 4 de la tarde y para variar ya es de noche. Encontramos el hostel contratado dos días antes, dejamos el equipaje y nos adentramos en la ciudad para descubrir sus leyendas. Visitamos la plaza del mercado o Rynek, del siglo XIII, la más grande de Europa, nada más entrar nos impresiona el edificio del mercado, preparado y orientado al turismo.

En este mismo núcleo encontramos la iglesia de Santa Maria, construida en el siglo XIII. Las autoridades de Cracovia decidieron reconstruir la iglesia y construir dos torres para la vigilancia de la ciudad, para tal labor tomaron los servicios de dos hermanos arquitectos, “El mayor había sido el que había iniciado al menor en el oficio de arquitecto”, para sacar el mayor partido a su creatividad decidieron que cada uno construiría una torre. Los recelos no tardaron en aflorar y el hermano mayor, viéndose superado por el hermano menor, mato a este apuñalándolo y tirándolo al río Vistula. El día de la consagración de la iglesia, el hermano mayor confeso su delito, y no pudiendo soportar el remordimiento de conciencia se suicido lanzándose desde la torre construida por su hermano o clavándose el puñal que había utilizado contra este, todavía no esta claro. Hoy en día dicho puñal esta colgado en el frente de la iglesia. Por este motivo una de las dos torres es mas alta que le otra, ya que el hermano menor no pudo finalizar su tarea.

La torre alta construida por el hermano mayor se denomina “torre de guardia”, cuenta la leyenda que esta torre se encontraba custodiada durante la noche y el día para evitar ser invadidos por los Tártaros, en uno de los ataques de estos, el vigilante consiguió avisar a la población del ataque con su trompeta, siendo este sonido interrumpido por una flecha que penetro en su garganta, a fecha de hoy este toque de trompeta se repite todos los días, a las 12 del medio día, hasta la misma nota a la que llego el vigilante de la torre antes de caer abatido, este himno se ha convertido en un símbolo de sacrificio por la patria.

Acabamos la jornada turística en busca de un restaurante para cenar, mientras localizamos el barrio judío, con su sinagoga y su austera arquitectura culminada por la estrella de David. Y terminamos la velada conociendo la noche Cracoviana, “Os podéis imaginar si ya nos cuesta entendernos de normal, con unas cervezas de mas…”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario