domingo, 21 de noviembre de 2010

Regreso a casa con parada de chinos en Praga




Salimos tocados.
Llamamos a Erika de Gerbe, pues no tenemos Internet ni lugar donde pasar la noche en nuestro proximo destino, Praga. Muy eficazmente, esta nos soluciona la papeleta, en un tiempo record y a un precio increíble, “muchas gracias Erika”.

Son las 10 de la noche, y Praga nos da la bienvenida, no hay circulación y la ciudad esta muy bella, nos emocionamos a cada paso que damos, hasta yo renuncio a Barcelona por la magnificencia, “o como se escriba”, de Praga. Hacemos una visita nocturna rápida con la intención de madrugar y empaparnos de ella a la mañana siguiente ya con la luz del día. Para celebrar este descubrimiento, unas cervecitas y a dormir.

Mientras desayunamos, la sonrisa esta en nuestros labios, tenemos muchísimas ganas de visitar la ciudad de día, ya que la visita nocturna nos fascino, justo poner el pie en la calle descubrimos una ciudad caótica entre tranvías y coches, unos semáforos imposibles de cruzar en tiempo de luz verde y un tic-tac que marca que no llegas a tiempo. El día esta gris, y Praga a perdido parte de su encanto, recuerdo mis frases anteriores de renuncia a Barcelona, y me retracto.

En esta ciudad visitamos, la torre de la pólvora, el reloj astronómico donde hubo unas ejecuciones en 1621, el barrio judío, el puente de Carlos, el barrio Malá Strana, el castillo de Praga, la catedral de San Vito. Queda claro que esta ciudad es una asignatura pendiente para nosotros y dada nuestra experiencia recomendamos visitar primero Praga de día, y después disfrutarla de noche.

Por desgracia nuestras vacaciones finalizan en este momento, iniciamos el camino de regreso hacia España, prometiéndonos a nosotros mismos que la próxima vez iremos en avión.

P.D.: El proximo día 5 de diciembre me voy a Perú, y espero poder mantenerme en contacto con vosotros mediante este mismo blog.

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